Todo aquel que haya ido a algún festival, sabrá cómo
funciona, pero para el que no, la mecánica es muy sencilla. Hay muchísimos
grupos buenos, solamente tres días en el caso del Viña Rock, y unos 6
escenarios, por lo tanto es normal que algunas bandas coincidan en el tiempo. Y
también es muy probable que esos grupos que coinciden sean los que más te
gusten. Por lo tanto, o eres una ameba y te bipartes para ver a los dos, o muy a tu pesar decides quedarte solamente en uno, o rezas para que los escenarios estén lo
bastante cerca para ir de uno a otro cuando ya hayan sonado tus canciones favoritas.
Si no fuiste a la fiesta de bienvenida del XX Aniversario del
Viña Rock, quiere decir que como un servidor tu día de viaje fue el jueves. Es el
peor de todos los días, no digo a nivel de actuaciones, a pesar de que por
regla general y no escrita, el primer día de festival no suele ser tan fuerte
como los siguientes; sino porque toca instalarte en el camping, sistematizar tu
tienda junto a la de tus colegas y procurar que la nevera no se quede sin hielo
y sin cerveza. Todo esto sumado a un sol de justicia que no te dejaba a penas
sombra para relajarte.
Sin menospreciar a los levantinos Alademoska y los madrileños Envidia
kotxina, se nos hizo imposible asistir por culpa del incandescente astro
rey y de que entre unos amigos y otros, se hace infinita la ronda de saludos.
Julián Hernández en un momento del concierto. |
Javier Soto haciendo saltar chispas con su Gibson SG. |
Entre ruedas de prensa y entrevistas, tuvimos que dejar los
escenarios por unas horas para descansar un poco de tanto grito y reponer
fuerzas para un concierto que, a pesar de llevar más ediciones en el Viña que
ningún otro, y una retahíla de conciertos en sus lomos, nunca dejan de sorprender.
Alberto y Kosta a pleno rendimiento. |
Kosta animando al público viñarockero. |
Muy a nuestro pesar, tuvimos que marcharnos a cenar algo, y
sentarnos un buen rato, porque entre saltos, empujones y cánticos, habíamos
exhalado hasta el último aliento de este primer día de festival. Vimos solo el
comienzo de La Vela Puerca, banda internacional bastante
conocida que terminaba en el Viña Rock su rápida gira por España, para
sobrepasar las fronteras europeas dirección Alemania. Tomamos el primer bocado
de la tarde (cerca de las 2 de la madrugada) con el eco de su rock fusionado
con ska. Y una vez empanzonados, no tuvimos cuerpo para nada más que dar las
buenas noches al primer día de un festival que solo acababa de empezar.
Sebastián inundando con su genial voz el recinto de Villarrobledo. |
Los vientos de La Vela Puerca a pleno pulmón. |
Miguel Ángel Gil García / @MA_Gil1
No hay comentarios:
Publicar un comentario