miércoles, 13 de mayo de 2015

Crónica Viña Rock: Día 1

Todo aquel que haya ido a algún festival, sabrá cómo funciona, pero para el que no, la mecánica es muy sencilla. Hay muchísimos grupos buenos, solamente tres días en el caso del Viña Rock, y unos 6 escenarios, por lo tanto es normal que algunas bandas coincidan en el tiempo. Y también es muy probable que esos grupos que coinciden sean los que más te gusten. Por lo tanto, o eres una ameba y te bipartes para ver a los dos, o muy a tu pesar decides quedarte solamente en uno, o rezas para que los escenarios estén lo bastante cerca para ir de uno a otro cuando ya hayan sonado tus canciones favoritas.

Si no fuiste a la fiesta de bienvenida del XX Aniversario del Viña Rock, quiere decir que como un servidor tu día de viaje fue el jueves. Es el peor de todos los días, no digo a nivel de actuaciones, a pesar de que por regla general y no escrita, el primer día de festival no suele ser tan fuerte como los siguientes; sino porque toca instalarte en el camping, sistematizar tu tienda junto a la de tus colegas y procurar que la nevera no se quede sin hielo y sin cerveza. Todo esto sumado a un sol de justicia que no te dejaba a penas sombra para relajarte.

Sin menospreciar a los levantinos Alademoska y los madrileños Envidia kotxina, se nos hizo imposible asistir por culpa del incandescente astro rey y de que entre unos amigos y otros, se hace infinita la ronda de saludos.

Julián Hernández en un momento del concierto.
El primer concierto que vivimos fue el de los Siniestro Total, una banda legendaria que no se subía a un escenario de Villarobledo desde 2008. Era un concierto muy esperado en el que no faltó ni el alfiler que siempre se pierde por los pajares, el recinto estaba casi a rebosar y eso que la banda de Julián Hernández, no es de la generación de la mayoría. Pero aun así era imperdonable el faltar al concierto. Tocaron temas con muchos años para introducir la actuación, tales como 'Miami vice', ‘Yo dije Yeah’ y 'Superávit', pero que siguen teniendo la misma fuerza que antaño. Julián ofreció el concierto esperado ‘Minha Terra Galega’, ‘Cultura Popular’, ‘España Se Droga’, ‘La Sociedad es la Culpable’ o ‘Tan Hermoso’, hicieron inolvidable la hora que sus pies pisaron el ZHEM. El broche de oro lo pusieron con ‘Bailaré Sobre Tu Tumba’ y ‘¿Quiénes Somos?, ¿De Dónde Venimos?, ¿A Dónde Vamos?’, porque el tiempo se les vino encima para cerrar con el mítico ‘Somos los Siniestro Total’.




Javier Soto haciendo saltar chispas con su Gibson SG.

Entre ruedas de prensa y entrevistas, tuvimos que dejar los escenarios por unas horas para descansar un poco de tanto grito y reponer fuerzas para un concierto que, a pesar de llevar más ediciones en el Viña que ningún otro, y una retahíla de conciertos en sus lomos, nunca dejan de sorprender. 
Alberto y Kosta a pleno rendimiento.
Y es que los Boikot siempre lo dan todo en los escenarios. Su música se transforma en cuerpo y alma en directo y, a pesar de haberlos visto muchísimas veces, nunca decepcionan. Las bandas curtidas como este original cuarteto roquero, cambian completamente en cada concierto, y esa metamorfosis se pudo palpar con los dedos. Se sumaron dos trompetas, soplando una de ellas el legendario Txikitín (que no se privó de su falda sin muda), un trombón, el acordeón y la sensual Laura (Baitu) al saxofón. El repertorio que traían no se salía mucho de su línea de actuación pero el añadido octeto les dio mucha más fuerza, hasta el extremo de que en algunos temas hubiese un poco de descoordinación y un sonido demasiado sucio como para escucharlo bien. Tocaron muchos y diversos temas, entre ellos los más épicos de sus inicios como el ‘Nos Quieren Detener’, y el famoso ‘Bella Ciao’, que cómo no, canté en italiano, tal como me enseñó Talco hace dos ediciones en el mismo escenario. Y qué mejor para el cierre que tocar una canción que todo el mundo se sabía de memoria, una canción que representa a los Boikot allá donde vayan, originalmente de Piperrak, pero que versionaron muy a su estilo, ‘Kualkier Día’. Siempre se han caracterizado por el rock, pero el punk y el ska nunca faltan en sus conciertos.

Kosta animando al público viñarockero.
Muy a nuestro pesar, tuvimos que marcharnos a cenar algo, y sentarnos un buen rato, porque entre saltos, empujones y cánticos, habíamos exhalado hasta el último aliento de este primer día de festival. Vimos solo el comienzo de La Vela Puerca, banda internacional bastante conocida que terminaba en el Viña Rock su rápida gira por España, para sobrepasar las fronteras europeas dirección Alemania. Tomamos el primer bocado de la tarde (cerca de las 2 de la madrugada) con el eco de su rock fusionado con ska. Y una vez empanzonados, no tuvimos cuerpo para nada más que dar las buenas noches al primer día de un festival que solo acababa de empezar.


Sebastián inundando con su genial voz el recinto de Villarrobledo.

Los vientos de La Vela Puerca a pleno pulmón.

Miguel Ángel Gil García / @MA_Gil1



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